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martes, 1 de noviembre de 2011

De vez en cuando un poema...

SALMO PARA EL JUGLAR DE LOS JUGLARES


De la  ponencia “Palabras para Alí”, como participación de la Cátedra Bolívar-Martí, en el marco del homenaje que se hiciera a Alí Primera, en la UBV- sede Ciudad Bolívar  el 5 de Noviembre  de 2004.


Hágase el silencio para que se escuche la vida
Porque está prohibido llorarte
desde el instante en que te fuiste,
para quedarte en lo más hondo
de ese repertorio de melodías
al que llamaste patria, pueblo, país,
madre, hermana, novia… revolución.

Que nadie cante por un momento
para que el planeta entero
escuche el sonido que se mece en el viento,
se desliza en las aguas
y brota de la tierra:
Las cuerdas de tu guitarra
y el aliento de tu voz
empujando una historia que despertó
el día que lo ordenaste por el decreto universal de vida
que se asienta en tu música.

Ahora sé que todos morimos un poco
el día en que te dejamos partir
Y que se aprende a vivir
cuando un cuatro cimarrón desgrana la llovizna
de la voz de Don Pío Alvarado,
o besa en su galerón
a la Cumaná cumanesa que se muere de sol
Se aprende a vivir cada vez que hierve un sancocho e` playa
en el Canchunchú de Luís Mariano,
cada vez que el llanero
apacigua los primeros ardores de la sabana
en una tonada viajera, Cunaviche adentro,
cada vez que un loco
dicta cátedra  en la calle
de historia en Dolor Mayor
Esa historia universal, en la que Bolívar regresa
a conversar con los niños
para entregar sus espuelas
y al Oriente del río de la Plata,
las esperanzas dan al mar
con el canto amigo que una vez inventaste
para que a Benedetti no se le acabara al cuento.

Que se rompa el silencio de siglos
que nos tomó convocarte
Y que entonen todos los pueblos a los que cantaste
aquella canción que te regaló Pablito
para decirte que no te habías ido
el día en que te fuiste:
“Un homenaje
Para tu ausencia
Lo llenas todo
Con tu presencia…”