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domingo, 25 de noviembre de 2012

Cuando el mundo quiere dejar de ser mundo


A Pamela, mi Chichi…

Cuando el hambre tiene forma de pregunta
y el deseo es un anciano en Kuala Lumpur preguntando por pequeños
Cuando la rabia es un jardín con perro y mujer querida
y la vida eso que pasa mientras respiras,
toda canción es pasajera, todo cantante un saltimbanqui
y toda lucha es apenas “un rato no más” (“vos ya sabés”)…

Sin embargo amanece, y persiste el sol
en preguntar por los suspiros
Y se asoma a la vida un llanto inocente sin preguntas
e insisten en amarse dos veinteañeros
bajo el estruendo del bombardeo,
porque mal puede el mundo negar al mundo.

Déjate arañar los sentidos,
Pregunta, canta, desmiente (o miente)
y en todo caso di que no…
Pero no te niegues el desamparo
de un beso sin futuro, de un disparo sin diana,
de un verso tan libre
que no quepa en ninguna estrofa.

Cuando el mundo dice “compra, rueda, bebe,
calza, come, viste, tira…”
hurga en los abriles que te escondieron los despechos tras la puerta,
pide una canción de Calle 13,
canta una “canción de redención”;
pero revienta; revienta la cuerda de las concesiones
y asume tu lugar
en este mundo que mal puede negar el mundo,
tu mundo,
con sus fiebres y sus alcoholes,
con sus trinos y sus bemoles
Porque siempre habrá una canción esperándote
como un espejo donde mirarte,
como una roca donde romperte,
como una boca donde abrigarte
como una historia que nos cuente
(y nos cuente bien)…


viernes, 16 de noviembre de 2012

De nuevo por Gaza...


Promesa de amor (para quien no podrá dormir esta noche)

Cuando pase el frío y se desvistan de sus velos todas la pesadillas y al asesino se le llame asesino y al cobarde se le conozca por cobarde. Cuando tu nombre no sea un abismo donde caiga sin parar nuestra vergüenza; cuando un beso apasionado nos reivindique, un minuto antes de la oración en la mezquita. Cuando la libertad no sea una declaración lastimosa; cuando el agua vuelva ser tan corriente como el aire, cuando el estallido venga de un vientre enamorado y no del misil; cuando tu tierra no tenga valor de cambio, ni por dinero, ni por paz, ni (de nuevo) por vergüenza. Cuando pierdan sentido los exterminios y las cruzadas, habrá una espiga esperando la azada y el molino, una flor sedienta de un suspiro que le ampare, un olivar curtido de llantos, sangre y esperanza, y otra vez habrá un pueblo, el mismo pueblo que ha visto pasar ejércitos y predicadores, dispuesto a comenzar faena. Y podremos decir tu nombre sin este nudo en la garganta.

Mientras tanto, que se extienda el fuego que te quema y se haga del mundo entero el horno de exterminio a la razón que murió en tus calles; que paran tus mujeres, que tu coraje burle la alcabala; que tu verdad derrumbe la muralla y que cante el gallo el amanecer que no podrá esconder el oprobioso sionista. Si bien no comparto tu fe, nada impide que te llame hermano; si bien otro vientre me trajo, nada impide que te llame madre. Si bien otro suelo me sostiene nada evita que me desangre contigo.

Cuando se despejen el humo y la reseca polvareda del último bombardeo, tu rostro persistirá intacto y serás una lección de amor, de humildad al soberbio y de historia a quien pretenda invocar la amnesia.


Madrugada del 16 de noviembre de 2012

jueves, 15 de noviembre de 2012

Poemas que duelen...


De guetos y tumbas
(Segunda profecía vana)



Todos mereceremos la muerte
cuando la niña nos pregunte por su muñeca
y sólo la espalda de un asco atávico
quede entre las huellas del fósforo vivo
que incendió su casa y el cuerpo de su madre.

Todos moriremos un poco
cuando el ciego nos pida una descripción del paisaje
y sólo el silencio
pueda describirlo mejor
Porque callar otorgará entonces
lo que tantas veces nos negamos en este instante
cuando arde Palestina,
mientras un gallo canta el amanecer impertinente
que no podrán apagar los obuses.

Caeremos junto a los miles
que han caído en el gigantesco gueto
con el que los hijos de Judea
pasan su factura a la historia;
cobrando su doble o nada
a los parientes pobres de la familia semita,
los únicos que no participaron
del holocausto que hoy se repite,
como pesadilla recurrente del histérico odio
de quien se empeña en desconocer la Historia;
del idiota que se va a dormir
junto al retrato del viejo Yaya, caído en el infierno de Auschwitz.

Todos seremos habitantes del gueto
que construimos a las razones
Y caeremos junto al médico residente
que ardió entero bajo el infierno blanco que llovió
sobre la prisión amurallada de Gaza

Y caerá con nosotros la ignominia
- como cuentan los Rabinos que cayeron las murallas de Jericó -
al sonido de la voz de un millón de niños
amaestrados a fuego lento
para odiarnos, por el simple hecho de habernos quedado de pie
acá afuera.

Tal vez entonces
podremos mirar las flores
Y abrazarnos quizá a la esperanza
que se resiste a morir,
como resistirá el último olivo milenario.

jueves, 8 de noviembre de 2012

De vez en cuando un poema...


Ramón González


"González era un ángel menos dos alas
González era un santo por lo civil..."
J. Sabina



Confieso que a veces me atrae
el desapego, la renuncia, que pregonan
ciertas filosofías orientales.
Pero no esta noche…

Esta noche es para seguir tu ejemplo
y cagarse en el budismo entero
y en cualquier estado de iluminación
Porque no me da pena decir
que esta noche me dueles y que te extraño tanto
como a cada una de las cosas que se fueron contigo
Esas a las que no podré renunciar jamás.

Contigo se fue John Lennon y con él se había ido McCartney
Contigo se fue Discépolo y se fueron Charly y Sabina
Y se fue mi guitarra contigo,
dejándome estas cuerdas mudas entre las manos
Contigo se fue la farra y la Viajera del Río,
las Noches en Túnez y los bluses en séptima…

Contigo se fue el  Ulises, el bueno, el de Joyce,
no el mal marido con su mamarra excusa de diez años
Y se fue Bolaños, y Leon Tolstoi, y Mempo Gardineli,
y Britto Gracía y Humberto Mata…

Contigo se fue una ciudad salvaje
y un modo salvaje de andarla
Y se fueron tus niños contigo,
y sus ojitos hinchados de asombro al descubrir el regalo de la música
Y se fue la risa de viaje, como se fueron
los viernes en la tarde por los que esperaba la semana entera…

Se fue la duda a rumbear con la certeza
y no encontrarán tu piano para colgarse esta noche
de tu voz rajada y sin prisas
Así que al diablo todas las filosofías de la renuncia y del perdón
porque a la gente como tú
no se le puede perdonar morirse.

Igual te quiero, Negro.
Así que cuando quieras, vuelve.