Un paria de Paria
Abriéndose paso desde tierras más frías
va mi corazón andando tras el olor
de tus mareas libertarias
Encendida a los soles fulminantes del
Caribe Sur
descansa tu costa
con señas de truco, sensualidad salvaje
y ternura borracha.
Por decreto universal,
dictado por la voluntad de mi libérrima gana,
hágase de Paria manantial de la belleza,
reducto de la última utopía
y medicina natural contra el dolor
Porque siempre habrá un amanecer
para quien lo necesite,
porque allí los sabios guardan silencio,
porque siempre habrá un silencio que
callar
y un grito desde la acera del frente,
porque siempre habrá pesca que salve el
día
y madrugadas que salven la noche,
porque siempre habrá un par de labios
queriendo besar
y una boca en espera de un beso,
porque siempre habrá un milagro en
puertas
y ángeles caminando por la playa,
porque siempre habrá un carnaval para
volver
y una cuaresma para sanarse,
porque de allí siempre
saldrá herida de muerte la solitaria
soledad,
porque siempre habrá Unare en la costa de
Paria
y un vale nueve para volver a perderlo
todo,
porque siempre será Paria un cuerpo
desnudo
para que un paria lo desande
contra las embestidas del olvido y los
vientos del oeste
que de cuando en cuando azotan,
sin poder borrar siquiera una sola de las
huellas
que deja Paria en las costas de nuestra
fe.
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