De guetos y tumbas
(Segunda profecía vana)
Todos mereceremos la muerte
cuando la niña nos pregunte por su muñeca
y sólo la espalda de un asco atávico
quede entre las huellas del fósforo vivo
que incendió su casa y el cuerpo de su
madre.
Todos moriremos un poco
cuando el ciego nos pida una descripción
del paisaje
y sólo el silencio
pueda describirlo mejor
Porque callar otorgará entonces
lo que tantas veces nos negamos en este
instante
cuando arde Palestina,
mientras un gallo canta el amanecer
impertinente
que no podrán apagar los obuses.
Caeremos junto a los miles
que han caído en el gigantesco gueto
con el que los hijos de Judea
pasan su factura a la historia;
cobrando su doble o nada
a los parientes pobres de la familia
semita,
los únicos que no participaron
del holocausto que hoy se repite,
como pesadilla recurrente del histérico
odio
de quien se empeña en desconocer la Historia;
del idiota que se va a dormir
junto al retrato del viejo Yaya, caído en
el infierno de Auschwitz.
Todos seremos habitantes del gueto
que construimos a las razones
Y caeremos junto al médico residente
que ardió entero bajo el infierno blanco
que llovió
sobre la prisión amurallada de Gaza
Y caerá con nosotros la ignominia
- como cuentan los Rabinos que cayeron
las murallas de Jericó -
al sonido de la voz de un millón de niños
amaestrados a fuego lento
para odiarnos, por el simple hecho de
habernos quedado de pie
acá afuera.
Tal vez entonces
podremos mirar las flores
Y abrazarnos quizá a la esperanza
que se resiste a morir,
como resistirá el último olivo milenario.
Ay amigo. esto es sí es un poema que duele. como la verdad, que si la viéramos de cerca moririamos un poco, quizá sin esperanza.
ResponderEliminarAsí es, amiga. Esta noche larga me están dando ganas de acercarme allá y todo. Me siento tan impotente, con tanta rabia, tanta vergüenza.
EliminarExcelente! Tú, que haces que el rio suene con la piedras que traes en tu pluma para mostrarnos verdades. Conmovedor paisa... muy conmovedor!
ResponderEliminarAy, paisanita! Quisiera decir que me gusta que te conmueva, pero la verdad este es el tipo de vainas que uno quisiera no haber escrito. Sin embrago, no puede evitarlo uno... Un abrazo, querida.
EliminarEs un poema ciertamente doloroso, como dolorosa será siempre la muerte de inocentes, solo le pido a Dios que el sufrimiento del pueblo palestino no nos sea indiferente y que los pueblos del mundo reaccionemos y enfrentemos con contundencia tanta ignominia. Un abrazo poeta!
ResponderEliminarSaludos, Minina. Te juro que el acto de escribir sobre Palestina se me ha vuelto un egoísta ejercicio de Catarsis ante la impotencia, el dolor y la enorme arrechera que me produce tanta infamia. Quisiera poder hacer más, ¡Tenemos que poder hacer algo más! La humanidad se nos va en ello. Abrazo fuerte y largo, amiga mía.
Eliminar"¿Y qué pasa cuando sigue
ResponderEliminarLloviendo verano en Gaza?
El poeta se desvela
y medita nauseabundo
No perdona, ni absuelve
Se llena de ira
Condena la atrocidad
Y regurgita en tintasangre
Todo el odio a la masacre…"
Saludos hermano.
Hermano, estos desvelos han sido largos y difíciles y no te miento al decirte que se me ha revuelto la tripa hasta la náusea con ciertas imágenes y noticias llegadas desde allá. Pero se también que toda esa rabia, todo ese asco y ese dolor, son la confirmación de que estoy vivo; y como dice Joaquín interpretando a Cohen: "Mientras la tierra gire y nade un pez hay vida todavía". Un abrazo.
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